Es importante tomar precauciones adicionales para garantizar que nuestro cuerpo no se
sobrecaliente, especialmente en el caso de quienes trabajan al aire libre en los calurosos meses
de verano. Los síntomas del estrés térmico pueden tardar en aparecer, pero aumentan en
intensidad si no se toman precauciones. La aparición de estos síntomas es leve y suele consistir
en dolores de cabeza, sed y cansancio (todos ellos habituales de trabajar al aire libre en un día
caluroso).
El estrés por calor puede convertirse rápidamente en un golpe de calor cuando el sistema de
refrigeración natural del cuerpo se rompe y hace que la temperatura central del cuerpo
aumente drásticamente, provocando un sobrecalentamiento del cerebro. Algunos síntomas del
golpe de calor son sed inmensa, fuertes dolores de cabeza, desorientación y piel seca y caliente
(falta de sudor).
A continuación se indican formas de tratar y posiblemente prevenir el golpe de calor:
• Permita que los empleados hagan muchas pequeñas pausas hasta que se aclimaten a las
altas temperaturas.
• También es útil empezar a trabajar muy temprano por la mañana para abandonar la
jornada a primera hora de la tarde, cuando la temperatura se acerca a su punto álgido.
• Los empleados acostumbrados a trabajar en el calor son mejores candidatos para las
tareas en las que pueden producirse trastornos por estrés térmico.
• Anime a los empleados a beber mucho líquido (agua, Gatorade, Powerade, etc.) para
reponer los electrolitos perdidos por la transpiración. Las bebidas carbonatadas, como
los refrescos, sólo aumentan la sed y la deshidratación y dan una falsa sensación de
hidratación.
El objetivo es reconocer los peligros asociados al trabajo con calor mucho antes de que alguien
sea víctima de una enfermedad relacionada con el calor.