Llevar el equipo de protección individual (EPI) adecuado en cualquier entorno de trabajo ayuda a minimizar la exposición a riesgos físicos, medioambientales, químicos y biológicos. Para asegurarnos de que estamos utilizando el equipo adecuado, debemos empezar por evaluar el trabajo que se va a realizar y qué peligros potenciales existen. Algunos ejemplos de peligros típicos del lugar de trabajo son los objetos en movimiento, las conexiones eléctricas, los altos niveles de ruido, el polvo nocivo o la presencia de productos químicos. El siguiente paso consiste en seleccionar el EPI adecuado en función de los riesgos identificados con el trabajo y el entorno en el que se va a realizar. Los EPI sólo funcionan cuando son adecuados para el trabajo y el entorno.
Tipos de EPI:
Ropa y calzado: A menudo se pasa por alto la importancia de elegir la ropa de protección adecuada, pero no se pueden subestimar sus beneficios. Esta forma de EPI cubre la mayor parte de su cuerpo y puede ayudarle a protegerse de diversos peligros en el lugar de trabajo.
Algunos ejemplos de ropa de protección son los delantales, las batas de laboratorio, los chalecos reflectantes, los monos, los delantales de plomo, la ropa térmica y la ropa de protección contra el frío.
Seleccionar el calzado adecuado puede protegernos de pisar objetos afilados, sustancias peligrosas, caídas de objetos y resbalones y caídas. Es importante seleccionar el calzado adecuado para el trabajo que se realiza y el entorno.
Protección de las manos: Los guantes son una forma barata y sencilla de protegerse contra muchos peligros, desde productos químicos hasta cortes y pinchazos. Existe una gran variedad de estilos, materiales y tallas de guantes, que incluso pueden personalizarse para un sector o riesgo específicos. El ajuste es también una consideración importante, porque si los guantes son demasiado grandes, pueden afectar a la destreza de nuestras manos o hacer que perdamos agarre, pudiendo provocar un accidente.
Protección para la cabeza y los ojos: Los cascos deben llevarse cuando existan condiciones de peligro por encima de la cabeza, como la caída de objetos o techos bajos, o cuando exista la posibilidad de entrar en contacto con conductores eléctricos.
Una protección ocular adecuada puede evitar lesiones e incluso la ceguera. Las gafas de seguridad protegen los ojos de salpicaduras de productos químicos o fluidos corporales, fragmentos voladores, polvo, arena, suciedad y otros riesgos ambientales.
Protección auditiva: Reducir el nivel de ruido del entorno de trabajo a un nivel seguro es el método más eficaz para prevenir la pérdida de audición. Sin embargo, reducir el nivel de ruido no siempre es posible. En estos casos, deben utilizarse tapones u orejeras para proteger el oído.